¡Bienvenidos de nuevo a nuestro blog! Hoy queremos hablaros de nuestro último intercambio juvenil, Baco Festum: a journey to the roots, que tuvo lugar en Carucedo durante los días 4 a 12 de junio.
Organizado por Valdeorras Vive, con Lucas y Sasha de facilitadores, y en coordinación con las distintas asociaciones de envío de cada país. Además, esta vez hemos vuelto a un entorno que de verdad nos encanta, junto al Lago de Carucedo y muy cerca de Las Médulas, donde siempre se come super rico y Pablo y Mamen nos acogen maravillosamente.
Esta ha sido una experiencia enriquecedora a todos los niveles, tanto para nosotros organizándolo como para los 36 jóvenes llegados de Turquía, Estonia, Georgia, Bosnia & Herzegovina, Hungría y España (creemos que no se nos escapa ninguno!).
Con este intercambio juvenil, inicialmente pensado para los primeros meses post-pandemia, hemos querido celebrar en mayúsculas la diversidad, la cultura vinícola y el legado que la romanización ha dejado en estas tierras. Y este entorno la verdad, lo pone fácil.
A pesar de la lluvia, parece que el Dios Baco no se ocupa de estos asuntos, los talleres transcurrieron con éxito y al poco tiempo el hielo estaba roto y todas esas caras en un principio desconocidas ya no lo eran tanto. Rápidamente pudimos ahondar en temáticas diversas para promover la educación no formal: debate, improvisación, juegos de roles, intercambio de ideas, trabajo en equipo, y un largo etcétera. ¡Y es que de eso se trata! Creemos firmemente en la importancia de fortalecer esas conocidas como soft skills (habilidades blandas) que en el día a día no tenemos ocasión de practicar, y muchas veces se escapan en cualquiera de las formas de educación formal.
También hubo tiempo para visitas y un precioso día de senderismo (como no, a Las Médulas). Contemplar el asombro y fascinación que un lugar así causa en jóvenes venidos desde tan lejos es emocionante. Intentamos que no perdieran detalle, pues querían saberlo todo, así que les explicamos paso por paso en qué demonios consistía el "ruina montium" que allí practicaban los romanos, y cuantísimo oro de allí llegó a explotarse. Para algunos incluso, era la primera vez que hacían senderismo en una "montaña de verdad" según nos comentaban entre risas y para asombro nuestro. Y es que de un grupo de 36 jóvenes tan diverso, algunos han crecido toda su vida en enormes ciudades o en países completamente planos.
Por supuesto, también hubo tiempo para las paellas de Pablo, os dejamos aquí una foto que se describe por si sola:
El tiempo se pasó volando y la lluvia nos dio otra tregua, esta vez para visitar Ponferrada, realizar entrevistas en la calle y practicar algunas habilidades digitales como el videomarketing (¡que no se diga que no sabemos vender nuestra tierra!).
Y por la tarde, como no, fuimos al Palacio de Canedo, y allí nos recibieron Paula, que nos hizo una visita con una cata maravillosa, y el mismísimo Prada. En cuestión de segundos todos se contagiaron de la filosofía "a tope" que allí se defiende a capa y espada. Hemos querido que en Baco Festum todos entiendan que la cultura vinícola reside en lugares como este, donde el amor por la tierra y los productos locales de valor añadido son tratados con esmero y mucho mimo. Creemos que esto trasciende a cualquier negocio, que son valores e incluso una filosofía de vida, ¡a tope!
Y como no, llegaron las noches interculturales, que no pueden faltar en ningún intercambio. Presentaciones, música, danza y datos curiosos sobre países que nos pueden parecer muy distantes, pero en realidad no lo son tanto. Por poner un ejemplo, Georgia, con el que nos separan más kilómetros, comparte con España una potente y milenaria tradición vinícola, en la que nos vemos reflejados. Para ellos participar cada año en la vendimia forma parte de lo cotidiano y algunos incluso elaboran su propio vino en casa (o licores, el conocido como "chacha" que equivaldría a nuestro aguardiente).
Otras noches fueron un poco más particulares si cabe, y es que cerca del final del intercambio quisimos organizar una noche del terror tipo gymkhana, "What happened to Angelo?" (¿Qué le ocurrió a Angelo?) promoviendo el trabajo en equipo y, literalmente, vencer algunos miedos (o pasarlo bien, para el que no los tenga).
Y tristemente llegó el final de esta experiencia tan memorable. La última noche la pasamos en el pueblo de Carucedo, probando unas cervezas que se fabrican allí mismo, en la Fábrica de Castreña. Esto último puede que a Baco no le gustase mucho, pero fue una excepción, lo prometemos.
Al día siguiente todos se fueron y las cabañas de Carucedo se quedaron en silencio esperando una nueva aventura Erasmus+, que creemos, llegará muy muy pronto.
¡Gracias por leernos!
Álvaro Docampo
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